“Todo está bien, mis proyectos van marchando. Estoy bien con mi pareja, estoy logrando lo que me había propuesto… pero aún así estoy angustiado, siento que algo falta, que algo va a pasar”. Estas fueron las palabras de uno de mis pacientes al comenzar su sesión de terapia hace unos días.
Aunque todo le estaba saliendo como quería, no podía disfrutar del proceso: ¡Nos hemos convertido en adictos a las crisis, al drama! La mayoría de las llamadas cosas malas que ocurren en la vida de las personas se deben a la inconsciencia. Son creadas por nosotros mismos, o más bien creadas por el ego.
Cuando eres plenamente consciente, el drama deja de tener cabida en tu vida. Recordemos cómo funciona el ego a través de palabras de Tolle:
Vivir desde el inconsciente nos hace ser adictos al drama y al conflicto, nuestra mente en su constante ruido nos aleja del momento presente, del gozo que implica disfrutar lo que estamos experimentando.
Qué te detona: ¿qué hace que dejes de disfrutar eso por lo que tanto has trabajo y tu mente te lleve a imaginar los peores escenarios? Tenemos un choque entre nuestras expectativas, los miedos que vamos desarrollando y las demandas de nuestra mente, contra lo que realmente es…
¿Cómo crees que sería tu vida si logras hacer las paces entre tus expectativas y lo que es?