¿Qué haces con aquello que llega de improviso a tu vida? ¿La altera y pone todo patas arriba o fluyes y te dejas llevar?
¡Nos encanta planificar! Planificamos todo en nuestra vida: las agendas de trabajo para ser más productivos, las comidas que hacemos para ahorrar tiempo, el momento en que compraremos una casa, el años que deseamos tener hijos, en fin, casi todo lo ponemos en una pequeña lista de "to-do´s" y pendientes.
Todo esto son mecanismos que a lo largo del tiempo como seres humanos hemos ido desarrollando para poder tener cierta sensación de seguridad... esto nos ha permitido asumir riesgos de formas más controladas, llevándonos hasta el día de hoy. Todas las personas tenemos una necesidad de saber que nuestra vida va bien, de que la mayoría del acontecer está bajo control para sentirnos bien a nivel emocional.
Pero, ¿Qué significa querer controlarlo todo?
Controlar lo que está a nuestro alrededor es una tarea y un deseo imposible. esta necesidad de control podemos definirla como una urgencia desmedida que siente una persona por controlar aquello que la rodea y ejercer un cierto poder sobre lo que ocurre y así actuar ante esas consecuencias. Normalmente esta necesidad de control está acompañada de pensamientos y preocupaciones adelantadas, es decir, antes de que las cosas que imaginamos pasen.
Esto es vivir desde la mente, sumergidos en ese torbellino de pensamientos y voces que pueden llevarnos a desconectarnos de nuestra esencia y de aquello que estamos llamados a ser: nuestro propósito de vida.
Al vivir de esta manera, cuando llegan los imprevistos a nuestra vida colapsamos. Todo se derrumba y aunque quizás el acontecimiento no sea catastrófico, al vivir desde la mente, seguramente le daremos esta connotación.
Certezas tenemos pocas al momento de enfrentar la vida. Hoy les diría que la vida está hecha para que la naveguemos a través de la incertidumbre, pues todos los desafíos que tocan nuestra puerta llegan para hacernos crecer y evolucionar.
Esto no es una invitación a procrastinar, sino a disfrutar un poco más de la vida. Esa que tienes en este momento y quizás das todo por sentado o te hace sentir a veces un poco insatisfecho. Observa todo lo que has hecho para llegar hasta el día de hoy, todo lo que has vivido para convertirte en la versión de ti mismo de hoy: tu mejor versión.
Soltemos el control y vivamos mejor. Así construimos salud mental, ¿te atreves?
Desde el amor y la gratitud; Claudia.
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